Cristina nació en Burley, Idaho. Cuando tenía tan solo siete años, su padre fue deportado y su familia tuvo que mudarse a México. Para poder estar con su familia, Cristina permaneció en Mexico por diez años, pero cuando se hizo adolescente, se mudó sin sus padres a los Estados Unidos y completo los últimos dos años de preparatoria en Twin Falls.
Como Cristina compartió, ella enfrento muchos obstáculos en su educación en Idaho. Cristina nos contó que ella y su hermano enfrentaron discriminación cuando policías y administradores escolares los disciplinaron de manera diferente a sus compañeros blancos, simplemente por ser Latinos. Ella también compartió que varios consejeros la desanimaban de prepararse para la universidad, diciendo que ella no sabía muy bien el inglés y sería una mala inversión.
Cristina no tenía un apoyo familiar en Idaho así que ella se refugió en sus estudios, se graduó en el 2022, y recibió admisión a diez programas universitarios. El ver las diferentes injusticias por las que pasaba su familia y sus compañeros inmigrantes y refugiados la inspiro a querer obtener una licenciatura de derecho. Actualmente, Cristina estudia en Idaho State University para poder ser una maestra para estudiantes cuyo segundo idioma es inglés.
*Esta entrevista ha sido editada para mayor claridad.
¿Tuviste alguna experiencia de racismo por ser Latina en tu escuela en Twin Falls?
Si, cuando yo estaba en mi último año de preparatoria, tome una clase de historia donde muchos de los estudiantes eran [blancos]. Yo tengo muchos amigos [blancos], así que no tengo ninguna mala experiencia con ellos. Pero en esta clase en particular, estábamos yo y otro amigo Latino, y éramos los únicos Latinos allí.
Un día un estudiante [blanco] al parecer estaba revisando su mochila y no encontraba su celular. Entonces el estudiante fue con el maestro y le dijo “no encuentro mi celular.” Y mi escuela tenía la política de que nadie podía salir [del salón de clases] para que hubiera más posibilidad de encontrar las cosas que se perdían. Entonces el maestro llamó al policía escolar y le pregunto al niño, ¿quién crees que te lo quitó? Y el niño dijo, “yo creo que fue uno de esos dos mexicanos.” Pero yo y mi amigo habíamos estado juntos todo el tiempo. El policía nos pidió que abriéramos la bolsa y las volteamos los dos, pero no había nada. Entonces el niño cuando vio eso, se regresó a su mochila, esculco mejor sus cosas, y encontró su celular.
Ni el maestro y ni el policía se disculparon con nosotros por esta experiencia. Sentí una mezcla de impotencia y rabia y me dieron muchas ganas de llorar. Y a la vez me di cuenta de que así era mi realidad en ese momento. Que a uno como Latino lo ven como potencial delincuente.
Cristina compartió con nosotros que su compañero y amigo que también era Latino sufrió mucha falta de apoyo. Él vivía en la misma situación que Cristina, sin sus padres en Estados Unidos y sin un apoyo familiar o escolar. El falleció por razón de suicidio recientemente.
¿Has tenido otros obstáculos en tu educación en Idaho?
Ahora con lo que tengo que batallar mucho es por que sigo en mi aprendizaje de inglés. Cuando yo les digo a las personas, incluso a otros Latinos, por ejemplo, en el programa de CAMP, que yo no entendía el 100 porciento el inglés, me tratan como si yo no entendiera nada, como si fuera tonta. Y es un grave error porque se puede aprender todos los días.
Mi clase de ESL [inglés como segundo idioma] ha sido una de las mejores clases en las que he estado en mi vida. Rápidamente me hicieron sentir bienvenida. Éramos estudiantes de muchos países y el maestro era una persona muy buena y me ayudaba con todo lo posible. El maestro nos trató a mí y a mi hermano como si fuera nuestro padre. El pago mis fotos de graduación, iba por mí al trabajo, y me ayudo de más.
Para mi mama, la escuela no fue una opción, era un paso a seguir. Y gracias a eso no lo veo como una obligación, sino como el paso que sigue. Y mis maestros siempre sabían que yo quería seguir mi educación. De hecho, mi último año de preparatoria fui aceptada a diez escuelas de la universidad y varios maestros me apoyaron para seguir adelante. Pero los que nunca me apoyaron fue un maestro que era mi consejero y otro consejero escolar. Me decían que no la iba a hacer [en la universidad], que para que aplicaba, que no era una buena inversión porque yo no entendía el inglés. Todavía sufro las repercusiones de eso porque mi consejero no me dejo tomar crédito universitario de matemáticas y me dijo que él no me iba a ayudar. Que, si quería inscribirme a las clases, yo tenía que ir directamente con la universidad.
A otro compañero le ofrecieron una beca en College of Southern Idaho, pero mi escuela le dijo que no la aceptara porque no lo iban a dejar graduarse por que no sabía el inglés. Y él se tuvo que graduar varios años después.
¿Alguna vez te trataron diferente por ser Latina en cómo te disciplinaban en la escuela?
A mí no, porque yo usualmente trato de mantener un perfil bajo. Pero a mi hermano si lo trataron diferente, y de hecho fue porque es Latino. Un niño [blanco] golpeo a mi hermano y el solo se defendió. Yo se [que él se defendió] porque yo estaba allí. Y muchos estudiantes le dijeron al director y a un maestro que mi hermano no había empezado la pelea. Sin embargo, suspendieron a mi hermano una semana, y al otro estudiante [blanco] solo lo suspendieron un día.
Mi hermano se fue a México mucho más pequeño. Y a veces el vocabulario, especialmente de Sinaloa, no es muy bueno. Y los otros estudiantes escuchaban a mi hermano, pero no sabían exactamente lo que él decía. A mí no me dejaron intervenir para defenderlo, pero el director me dijo que mi hermano era un Latino muy grosero y que el debió de haber incitado al otro estudiante a pelear.
Siento que hay un prejuicio al decir que los Latinos somos peleoneros, delincuentes, o groseros. Y siento que las escuelas no deberían de tener esta inclinación a pensar así. Como Latinos hemos estado creciendo en una comunidad muy fuerte y nos encargamos de que haya más representación. Aun en la universidad veo que participamos en muchas cosas.
¿Hay algo que hubieras querido que cambiara en tu escuela en Twin Falls?
Yo pienso que un poco más el apoyo en las clases de inglés como segundo idioma. Mi profesor me ayudó mucho, pero él no era el encargado del departamento. El encargado del departamento era bastante estricto, y cuando hice el SAT [examen de admisión universitario] me dijo, “es que no la puedes tomar, no lo vas a entender.” Pero yo ya lo había tomado. En lugar de decirme no la puedes tomar, me debieron de haber apoyado con brindarme las instrucciones en el idioma que yo lo necesitaba.
Tienen que dejar el racismo institucional a un lado. Si un Latino dice que no sabe muy bien el inglés, no tienen que tomar una perspectiva mala. Por lo regular si un Latino dice eso, cambian de tono y empiezan a explicar como si no entendieras nada. El problema en mi escuela era el mismo programa de segundo idioma. Muchos niños eran bastantes inteligentes, sobre todo en matemáticas, pero nos obligaban a empezar desde cero.
El Proyecto de Equidad Educativa para Estudiantes Hispanos comenzó en el otoño de 2022 como parte de nuestro esfuerzo para expandir el trabajo de justicia racial en nombre de los estudiantes de Idaho, comenzando con las comunidades hispanas.